"Nuestros hijos van a vivir en un país libre", dice feliz una clienta de la única panadería abierta en todo el mercado, en la que unas 60 personas esperan que se les atienda.
Numerosos comercios de la capital permanecieron cerrados durante varios días de manifestaciones y represión policial o actos de violencia atribuidos en algunos casos por testigos a partidarios del ex presidente Zine El Abidine Ben Alí, quien, ante la revuelta popular, huyó con su familia el viernes a Arabia Saudita.
El domingo reabrieron algunas tiendas en las que se agolpaba la clientela.
"Falta comida. No hay bastante pan ni harina. Si las cosas siguen así, va a haber una crisis alimentaria", explica Najla, mientras, "por las dudas", llena su canasto con carne y verdura, informan France Presse y Euronews.
Sin embargo, los enfrentamientos se han sucedido en diversos barrios tunecinos y el Ejército tomó este domingo por la tarde el Palacio Presidencial en Cartago, donde seguían atricherados seguidores armados del derrocado Ben Alí.
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