martes, 21 de septiembre de 2010

La ONU, encogida ante las violaciones masivas en El Congo (RDC)

Fotografía tomada de http://www.misionlandia.com.ar

El Consejo de Seguridad de la ONU ha instado a República Democrática del Congo (RDC) a emprender acciones "rápidas y justas" para proteger a los civiles y llevar ante la justicia a los autores de cientos de violaciones a mujeres, incluidas ancianas y niñas, en la provincia de Kivu Norte (este del país) en julio y agosto pasado.



El organismo "subraya la responsabilidad primaria del Gobierno (de la RDC) para garantizar la seguridad en su territorio y proteger a sus civiles con respeto al estado de derecho, los Derechos Humanos y la legislación humanitaria internacional", se afirma en un comunicado. 


En ese comunicado, leído por el embajador de Turquía ante Ertugrul Apakan (quien ostenta este mes la presidencia del Consejo) y difundido por el Centro de Noticias de la ONU, los 15 estados -entre permanentes y rotatorios- que lo conforman piden a las autoridades congoleñas que terminen con la impunidad de los responsables de las violaciones y que se aplique la legislación humanitaria internacional.



La ONU, según revela Europa Press, envió en agosto a al diplomático Atul Jare (sin datos suyos fiables en la Red), al este del país africano para analizar la situación sobre el terreno y sobre el terreno constató que no podía ofrecer ayuda alguna a las víctimas, que su comisionado servía de poco, que el Ejército y la Policía servían aún menos para proteger a los civiles, ya que se vive "un embrutecimiento de la población de los pueblos en la zona". "Debemos hacerlo mejor", recoge la agencia de prensa.


Sí. La MONUSCO, misión de Naciones Unidas en República Democrática del Congo, tiene allí, en pleno corazón de África a 19.685 personas, en personal uniformado, incluyendo 17.745 soldados,716 observadores militares y 1.224 policías; apoyados por 982 civiles internacionales, 2.787 civiles locales y 589 voluntarios de Naciones Unidas. Son los datos que figuran en la web de Naciones Unidas, digna de analizar.


Relatos desgarradores


Tantini Kahindu, 16 años, violada. Fotografia de AFP.
 El diario argentino Clarín publicó hace solo trece días, el 8 de agosto, el relato estremecedor de una de la víctimas. Es Anna Burano, de 80 años. Asegura que les atacaron grupos de rebeldes hutus y milicianos de luvungi.

 "Me llevaron detrás de la casa, me desnudaron y me echaron al suelo. Me dije que me llegaba el momento de morir", cuenta temblando Anna Burano, de 80 años, una de las 284 mujeres violadas en una noche de julio pasado por rebeldes hutus y milicianos congoleños en Luvungi, este de la República Democrática del Congo.


"Chorreaba sangre por todas partes. Cuando aquello terminó, agarraron un machete para darme un corte entre el pulgar y el índice". El terrible y escalofriante relato de Anna corresponde a la pesadilla que vivieron las mujeres de ese pueblo de 2.160 habitantes, situado en la ladera de una colina en el corazón de la selva del territorio minero de Walikale, en la provincia del Norte-Kivu.


Transcurrido un mes, Anna y otras mujeres contaron a la agencia AFP las escenas de violencia planificadas, reiteradas, implacables, de esa noche de horror. La pesadilla ocurrió el pasado 30 de julio, cuando, en grupitos de dos a siete, los rebeldes entraron por la fuerza en cada una de las cabañas de barro seco.


Los maridos y los hombres huyeron o fueron utilizados como transportadores por los asaltantes, que habían bloqueado los accesos a los pueblos. En las casas, los agresores enfocaron con las linternas a sus víctimas, las golpearon y las desnudaron. Les preguntaron si tenían oro y hurgaron en sus partes genitales con los dedos, para comprobar si no lo ocultaban, y se los limpiaban luego en los rostros de las mujeres".


PARA SABER MÁS: http://www.clarin.com/mundo/Congo-violaciones-hutus-rebeldes-mujeres-ONU_0_331767027.html

 
 
 

jueves, 16 de septiembre de 2010

30 latigazos por un disfraz

Diecinueve jóvenes recibieron públicamente en Omdurman, un suburbio de Jartum, treinta latigazos cada uno tras ser condenados por un tribunal sudanés por llevar prendas y maquillaje femeninos en la fiesta de cumpleaños de uno de ellos.

El Segundo Tribunal de Omdurman, los sentenció, además, a pagar multas equivalentes a entre 200 y 500 dólares por infringir los principios de la moralidad pública y vestirse de forma escandalosa y semejante a las mujeres.

Durante la lectura del fallo, el juez recordó que los imputados fueron detenidos a comienzos de agosto por la policía "bailando como mujeres" y que estas escenas fueron grabadas en una cinta de vídeo.

Muchos de los acusados intentaron esconder sus caras frente a las casi 200 personas que presenciaron los latigazos inmediatamente después del anuncio de la condena. Los hombres no tuvieron a sus abogados presentes y no pudieron decir nada en su defensa, señala Reuters.

Ningún abogado defendió a los procesados, ni tampoco ellos lo hicieron por sí mismos. Fuentes recogidas por Reuters señalan que no hubo abogado que se atrevera a defenser a los 19 acusados, sobre todo después de que la prensa local mal informara de que la fiesta no era un cumpleaños sino un enlace entre dos homosexuales, con lo que la sociedad de Jartum, bastante conservadora, puso el grito en el cielo.

El presidente de la región autónoma del sur de Sudán, Salva Kiir, dijo recientemente que no permitirá la existencia de homosexuales en su zona, en caso de que el pueblo vote a favor de la independencia en el referenum previsto para el próximo enero.

"Cualquier persona que desee importar conductas de ese tipo al sur de Sudán será rechazado por todos", advirtió Kiir.

Ilegal en 80 países

Diecinueve latigazos por disfrazarse no es de extrañar en un país en donde ser homosexual puede costar la vida. En Sudán, la homosexualidad se castiga con la pena de muerte, lo mismo que ocurre en Irán, Mauritania, Arabia Saudí, Yemen, y en algunas regiones de Somalia y Nigeria, según un informe de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas de 2009, recogido por Amnistía Internacional. 

Enamorarse de una persona del mismo sexo sigue siendo ilegal en 80 países.

martes, 7 de septiembre de 2010

Obiang descuartiza para hacer rituales

Si atroz ha sido la muerte de cuatro personas acusadas sin defensa de querer dar un golpe de Estado a Teodoro Obiang Nguema, dictador de Guinea Ecuatorial desde 1973, más atroces son las sospechas de que haya mandado descuartizar sus cuerpos para rituales. Esto es al menos lo que afirma Gabriel Nsé Obiang Obono, hermano de Jacinto Mischa Obiang, uno de los fusilados, a la sazón también familiar de Teodoro Obiang y líder de la oposición desde su exilio español.

Teodoro Obiang llegó al poder tras meterle un golpe de Estado a su tío Macías, que fue el que sentó los cimientos de la dictadura que vive Guinea desde que se independizó de España. Ese pequeño país africano, que es un supermercado de importantísimas materias primas como petróleo y uranio para empresas como Mobil, que es artífice del enriquecimiento sin límite del dictador y su familia, sigue en la miseria, con una población que apenas vive con dos euros al día.

La carta abierta al portal africano http://www.guinguibali.com/ pone los pelos de punta. Nada de extrañar en un sanguinario.

Para saber más: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=11&id=789

Obiang: Cuatro asesinatos más

El viernes 27 de agosto, Obiang Nguema, fusiló a cuatro personas acusadas de un supuesto intento de golpe de Estado y de, también supuestamente, planear su asesinato. Las ejecuciones, que la embajada de Guinea en Madrid ha afirmado que "son absolutamente justas", se llevaron a cabo tan solo una hora después de que un consejo de guerra dictara sentencia. El Gobierno español no condenó estas muertes hasta nueve días después de haberse producido.


Obiang justificó tanta prisa por disparar en que los cuatro presuntos "terroristas", eran "un inminente peligro contra mí, contra mi familia y contra mi Gobierno". 



Se trataba de dos oficiales de su Ejército, un ex miembro de los servicios de seguridad y un funcionario de aduanas, que era sobrino de Nguema, acusados de liderar el asalto al Palacio Tres de Agosto, residencia del dictador en Malabo, el 17 de febrero de 2009.


Entre los cuatro ejecutados se encontraba un hermano de Teodoro Obiang, Jacinto Micha Obiang, que era funcionario de aduanas. Los tres restantes se llamaban José Abeso Nsue, Manuel Ndong Aseme y Alipio Ndong Asumu. Fueron enjuiciados el 21 de agosto y solo seis días después, cuando hubo sentencia, acribillados a balazos. El juicio ha sido considerado por Amnistía Internacional como una burla. No hubo posibilidad de apelaciones. No hubo defensa. Ni siquiera se ha investigado quién o quiénes fueron los verdaderos instigadores del asalto al palacio de Obiang.


Secuestrados y torturados


El caso es que el encarcelamiento de los cuatro infelices es tan sospechoso como el juicio sumarísimo en el que no tuvieron defensa y no hubo tiempo para apelaciones. Vivían como refugiados políticos en Benin, pero en enero pasado desaparecieron y no se les volvió a ver hasta el día el 14 de agosto, cuando aparecieron en una celda de la prisión Black Beach de Malabo.


Los portavoces de Obiang afirman que los ejecutados "regresaron por su propia voluntad a Guinea", pero Amnistía Internacional (AI) sostiene que fueron secuestrados y torturados, y que con los testimonios arrancados a golpes se elaboró la causa que les llevó a un consejo de Guerra pese a no haber guerra. Fueron condenados a muerte por atentado contra el Jefe de Estado, Forma de Gobierno, terrorismo y alta traición. 


Según el demoledor informe de AI, los condenados ni siquiera estaban en la sala cuando se dictó la sentencia. 


En un abrir y cerrar de ojos fueron ejecutados y enterrados en una fosa común. La comunidad internacional se ha limitado a sentir pena y dar un simbólico tirón de orejas al dictador cuyo culo se asienta en un enorme caldero de uranio y petróleo. Ante las tímidas "consternaciones" del Gobierno español, el embajador de Guinea Ecuatorial en Madrid ha remarcado que los asuntos de ecuatoguineanos son "cuestión interna" y que las ejecuciones fueron "absolutamente justas", pese a haberse saltado todas las normas del Derecho Internacional.