domingo, 30 de mayo de 2010

One Goal, o el coraje por encima de todo

Rubén López (periodistas.es)

Vivimos en una sociedad llena de complejos, hipocresía, desilusiones, con un gran afán materialista. Muchos dicen que para que haya ricos tienen que haber pobres y viceversa. Por ende, también será verdad que si hay gente infeliz, también existen aquellos que desprenden ilusión y ganas de vivir.


Un grupo de chicos de Sierra Leona, uno de los países más castigados por la guerra y la manipulación política, son los artífices de One Goal. Un proyecto que nace en 2001 de entre las cenizas de un campo de refugiados de la capital de Sierra Leona, Freetown.


Un grupo de jóvenes amputados durante la guerra constituye un pequeño equipo de fútbol. Para aquellos jóvenes desplazados, sin familia y traumatizados por los efectos de la guerra, el poder unirse a un grupo, compartir diversión y esperanza y sentirse apoyado por otros en su misma situación, consiguió devolverles gran parte de la fuerza necesaria para afrontar el futuro.


Organizan partidos de exhibición en el que los que les ven se queda asombrados por cómo estos chavales con sólo una pierna o un brazo pueden tener una velocidad, fuerza y destreza propias de atletas. Sin embargo su mayor fuerza no es la física, sino la interior la cual demuestran allá por donde van.


Y es que viajan por todo el mundo mostrando su felicidad, sus ganas de vivir y un mensaje claro: la paz es posible y la reconcialiación entre pueblos enfrentados está más cerca de lo que creemos. Muchos los llaman los mensajeros de la paz, algo que queda patente tras ver sus caras, sus ojos y sobre todo su pasión jugando al fútbol son claros ejemplos de que la vida puede ser el camino más maravilloso y cercano a la felicidad.

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