sábado, 29 de mayo de 2010

El drama olvidado de la contaminación del Río Níger

Cuatro nigerianos, campesinos y pescadores, junto con la sección holandesa de Amigos de la Tierra lograron llevar el pasado enero al Tribunal de la Haya a la petrolera anglo-holandesa Shell por la contaminación constante del Río Níger, una contaminación que entre vertidos y quema de gases, como el metano, ha llevado a la miseria a 110 millones de personas que viven en su delta. Un drama que dura más de 75 años del que apenas se ha informado. Todavía no hay sentencia.
Nigeria es el quinto país del mundo en producción de petróleo , pero esa riqueza se la lleva sobre todo Shell, asentada desde 1936 en lo que era una colonia británica desde 1914. El Río Níger es el tercer mayor caudal de África, con 4.200 kilómetros de longitud que desembocan al océano Atlántico. También es el país más sobrepoblado del continente, más que el sobresaturado Egipto. Tiene una población estimada de 140.000.000 de personas divididas en 36 etnias diferentes y su gran mayoría está asentada a las orillas del gran Río, que llega a medir en muchos tramos hasta 4 kilómetros de ancho.

Un caudal reducido a la mitad
En enero pasado, La Haya admitió por fin abrir diligencias para depurar responsabilidades como que desde la década de los 80, el caudal del río se haya visto reducido en torno a un 55%, debido principalmente a los vertidos industriales y a los problemas causados por el aumento de la población.

En septiembre de 2009, Audrey Gaughran, activista de Amnistía Internacional (AI) y coautora del informe Petróleo, Contaminación y Pobreza en el Delta del Níger, denunciaba la "tragedia de Derechos Humanos que sufre la población del Delta del Níger a causa de las actividades de las empresas extranjeras, que causan un importante daño medioambiental y afectan al bienestar de los habitantes locales sin que el Gobierno de Nigeria les obligue a rendir cuentas".

En el informe se examinaban los vertidos de petróleo y materiales de desecho, las explosiones de gas y otros impactos ecológicos de la industria petrolífera. La mayoría de las pruebas sobre contaminación y daño al medio ambiente reunidas por AI y expuestas en su informe se refieren a las operaciones de Shell, principal compañía petrolera que actúa en los terrenos del delta del Níger.

"Quienes habitan el delta del Níger tienen que beber, cocinar y lavarse con agua contaminada. Comen pescado contaminado con petróleo y otras toxinas, si es que consiguen encontrar aún bancos de pesca", afirma Gaughran. "La tierra que cultivan se está degradando" y tras los vertidos de petróleo, "el aire que respiran huele a petróleo, gas y otros agentes contaminantes", añade.

"La gente se queja de problemas respiratorios y lesiones en la piel, y sin embargo ni el Gobierno ni las compañías petroleras vigilan los efectos de la contaminación del petróleo en los seres humanos.

Según Amnistía, "apenas" se ha informado sobre las consecuencias de la contaminación para los Derechos Humanos en el Delta del Níger. La mayoría de la población de la zona depende de su entorno natural para alimentarse y subsistir, especialmente mediante la agricultura y la pesca.

Los agricultores y pescadores del delta del Níger que han logrado llevar a la poderosa Shell ante La Haya, aseguran que “las filtraciones de petróleo de las actividades de Shell y sus filiales africanas han contaminado las tierras de labranza y lagunas de pesca, y piden que Shell limpie el crudo y los compense.

La petrolera atribuye estos vertidos a actos de sabotaje de los grupos guerrilleros, muy activos en el Delta del río Níger pero los denunciantes sostienen que los derrames son parte de un “patrón sistemático que ha durado décadas”.
Llegar a La Haya ha sido el último eslabón después de que intentar que el Gobierno de Nigeria tomase cartas en el asunto, son lograrlo, al tiempo que Shell achacaba los vertidos a actos de sabotaje y sus servicios jurídicos alegaran que los vertidos son “asuntos puramente nigerianos”.

Instalaciones viejas
El problema reside en parte en las avejentadas estructuras de extracción de petróleo en Nigeria y que datan de los años cincuenta, y que no tienen la capacidad de extraer las burbujas de gas que acompañan al petróleo, informa Afroconciencia.

Pero ni el Gobierno ni la empresa han estado dispuestas a modernizar el sistema a pesar del valor del gas que se extraería, lo que ocasiona ingentes pérdidas al Estado de Nigeria, calculados en 2,5 mil millones de dólares que el uso de este gas podría generar.

La consecuencia es que la quema de los gases ha provocado uno de los desastres ambientales más grandes del planeta y la población padece serios problemas cutáneos y respiratorios. El aire es irrespirable, las tierras incultivables y los peces -donde aún se encuentran- contienen cantidades excesivas de tóxicos.

La población nigeriana no percibe beneficios económicos de la extracción de petróleo mientras que la alianza entre la transnacional y los gobiernos han reducido los ingresos del Estado que han pasado de un 50 por ciento en los años sesenta a un 13 por ciento en 2009, según un informe de Radio Nederland de Holanda.

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