Fotografía tomada de http://www.misionlandia.com.ar |
El Consejo de Seguridad de la ONU ha instado a República Democrática del Congo (RDC) a emprender acciones "rápidas y justas" para proteger a los civiles y llevar ante la justicia a los autores de cientos de violaciones a mujeres, incluidas ancianas y niñas, en la provincia de Kivu Norte (este del país) en julio y agosto pasado.
El organismo "subraya la responsabilidad primaria del Gobierno (de la RDC) para garantizar la seguridad en su territorio y proteger a sus civiles con respeto al estado de derecho, los Derechos Humanos y la legislación humanitaria internacional", se afirma en un comunicado.
En ese comunicado, leído por el embajador de Turquía ante Ertugrul Apakan (quien ostenta este mes la presidencia del Consejo) y difundido por el Centro de Noticias de la ONU, los 15 estados -entre permanentes y rotatorios- que lo conforman piden a las autoridades congoleñas que terminen con la impunidad de los responsables de las violaciones y que se aplique la legislación humanitaria internacional.
La ONU, según revela Europa Press, envió en agosto a al diplomático Atul Jare (sin datos suyos fiables en la Red), al este del país africano para analizar la situación sobre el terreno y sobre el terreno constató que no podía ofrecer ayuda alguna a las víctimas, que su comisionado servía de poco, que el Ejército y la Policía servían aún menos para proteger a los civiles, ya que se vive "un embrutecimiento de la población de los pueblos en la zona". "Debemos hacerlo mejor", recoge la agencia de prensa.
Sí. La MONUSCO, misión de Naciones Unidas en República Democrática del Congo, tiene allí, en pleno corazón de África a 19.685 personas, en personal uniformado, incluyendo 17.745 soldados,716 observadores militares y 1.224 policías; apoyados por 982 civiles internacionales, 2.787 civiles locales y 589 voluntarios de Naciones Unidas. Son los datos que figuran en la web de Naciones Unidas, digna de analizar.
Relatos desgarradores
Tantini Kahindu, 16 años, violada. Fotografia de AFP. |
"Me llevaron detrás de la casa, me desnudaron y me echaron al suelo. Me dije que me llegaba el momento de morir", cuenta temblando Anna Burano, de 80 años, una de las 284 mujeres violadas en una noche de julio pasado por rebeldes hutus y milicianos congoleños en Luvungi, este de la República Democrática del Congo.
"Chorreaba sangre por todas partes. Cuando aquello terminó, agarraron un machete para darme un corte entre el pulgar y el índice". El terrible y escalofriante relato de Anna corresponde a la pesadilla que vivieron las mujeres de ese pueblo de 2.160 habitantes, situado en la ladera de una colina en el corazón de la selva del territorio minero de Walikale, en la provincia del Norte-Kivu.
Transcurrido un mes, Anna y otras mujeres contaron a la agencia AFP las escenas de violencia planificadas, reiteradas, implacables, de esa noche de horror. La pesadilla ocurrió el pasado 30 de julio, cuando, en grupitos de dos a siete, los rebeldes entraron por la fuerza en cada una de las cabañas de barro seco.
Los maridos y los hombres huyeron o fueron utilizados como transportadores por los asaltantes, que habían bloqueado los accesos a los pueblos. En las casas, los agresores enfocaron con las linternas a sus víctimas, las golpearon y las desnudaron. Les preguntaron si tenían oro y hurgaron en sus partes genitales con los dedos, para comprobar si no lo ocultaban, y se los limpiaban luego en los rostros de las mujeres".
PARA SABER MÁS: http://www.clarin.com/mundo/Congo-violaciones-hutus-rebeldes-mujeres-ONU_0_331767027.html