Cada secuestro ha supuesto una oportunidad para aumentar la presencia militar francesa, en la actualidad multiplicada con el apoyo de tropas de élite y tecnología espacial de vigilancia estadounidenses. Hay que preguntarse si después de perder la batalla de Argel, los terroristas islamistas armados que ensangrentaron Argelia en los años 90, aquellos «combatientes de la libertad» financiados, armados y entrenados por los estadounidenses contra el Afganistán apoyado por la URSS, no se replegarían en los países del Sahel. Pero, ¿precisamente el secuestro en Arlit (Níger) de empleados de Areva-Godema no resulta sospechoso?
Un trabajador de Areva en Arlit, al norte de Niger (foto: Público) |
Níger duplica en superficie a Francia, y 13,5 millones de habitantes, de los cuales más del 60% vive en la pobreza extrema, privada del acceso a la alimentación, al agua, a instalaciones sanitarias, a infraestructuras y a la educación (el 71% de las mujeres son analfabetas). La esperanza de vida es de 43 años.
Como todos las demás excolonias de África, el pueblo nigerino sufrió en los años 80 los tormentos del dictado liberal del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial que le obligaron a reembolsar una deuda injusta y a malvender todas las empresas nacionales, privatizadas tras una devaluación del franco colonial, el Cfa, anteriormente asociado al franco y en la actualidad al euro.
Ahora Níger está en el último puesto de los 182 países clasificados en el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas.
Un saqueo constante y descaradoEl saqueo que perpetra Areva sobre el país no se puede ocultar. Según el portal informativo www.mondiaoisation.ca, Níger produce entre 100.000 y 150.00 toneladas de uranio desde 1960 a un precio medio de 27.300 Cfa el kilo (42 euros). Claramente por debajo del precio mundial medio que era de 122.000 Cfa el kilo (187 euros) en los años 60 y 70.
Sobre la base de esos precios medios y de una producción que oscilaba entre 100.000 y 150.000 toneladas, se puede decir que la venta del uranio de Níger estaba cifrada entre 4.200 y 6.300 millones de euros. Si se hubiese aplicado el precio internacional, los accionistas (el Estado y sus socios) se habrían repartido entre 18.700 y 28.000 millones de euros.
Es decir que desde la independencia, y sobre la base de ese cálculo simple, sin tener en cuenta la diferencia de precios entre el ‘mercado spot’ (transacciones al contado y en efectivo) y el de los contratos, los accionistas del uranio de Níger perdieron entre 14.500 millones de euros y 21.000 millones de dólares. Una cantidad enorme para un país que apenas cuenta con 2.000 millones de euros de PIB» (Mondialisation.ca).
El cinismo de Areva va todavía más lejos. Sostiene en su web que el 100% de la electricidad (225 millones de kWh) procede de energías fósiles que importa ampliamente de la vecina Nigeria. Según Areva, en 2006 la compañía alcanzó las 100.000 toneladas de uranio extraído. El Gobierno de Níger recibió 300.000 millones de Cfa de un total de 2,3 billones de Cfa del producto de las ventas».
Para que esta explotación fuese posible durante cuatro décadas, hubo que reprimir la víspera de la independencia, el 3 de agosto de 1960, al patriota panafricanista Djibo Bakary, de la Unión Democrática Africana (RDA) que tenía el apoyo de los progresistas Kwamé Nkrumah, Sékou Touré y Abdou Moumouni. Bakary, que representaba la esperanza del progreso tras la independencia, fue silenciado. Es cierto que en 1960 no se había descubierto el gran yacimiento de uranio de Arlit. Simplemente, De Gaulle no estaba dispuesto a perder el control de un país fronterizo con la díscola Argelia.
PARA SABER MÁS: http://www.oozebap.org/text/niger.htm